CONDE LUCANOR
En un país multicolor, donde el sol relucía como la abeja Maya y Willy, un señor llamado Basilio vivía en un pueblo humilde, y su íntimo amigo al otro lado de la calle. Basilio, aunque no era muy agraciado, era un hombre muy trabajador, pero no tenía a nadie, solo a Braulio, su amigo y confidente. Un día llegó al pueblo una dama. Basilio tenía ganas de enamorarse, y cómo no, se lanzó. Tuvo suerte y se hicieron novios. La dama siempre le pedía cosas sin dar nada a cambio, ni siquiera cariño y él empezó a sospechar y corrió a casa de Braulio. Basilio le contó cómo se sentía y su amigo le escuchó atentamente, para cantarle y decirle que ella no era su novia porque le gustase sino por dinero y para robar y que la tenía que dejar.
Finalmente, Basilio cortó con la dama y no quiso saber nunca nada más de ella.
Quien te encuentra belleza que no tienes, siempre busca quitarte algunos bienes.
En un país multicolor, donde el sol relucía como la abeja Maya y Willy, un señor llamado Basilio vivía en un pueblo humilde, y su íntimo amigo al otro lado de la calle. Basilio, aunque no era muy agraciado, era un hombre muy trabajador, pero no tenía a nadie, solo a Braulio, su amigo y confidente. Un día llegó al pueblo una dama. Basilio tenía ganas de enamorarse, y cómo no, se lanzó. Tuvo suerte y se hicieron novios. La dama siempre le pedía cosas sin dar nada a cambio, ni siquiera cariño y él empezó a sospechar y corrió a casa de Braulio. Basilio le contó cómo se sentía y su amigo le escuchó atentamente, para cantarle y decirle que ella no era su novia porque le gustase sino por dinero y para robar y que la tenía que dejar.
Finalmente, Basilio cortó con la dama y no quiso saber nunca nada más de ella.
Quien te encuentra belleza que no tienes, siempre busca quitarte algunos bienes.
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